Una de mis actividades preferidas es planear rutas de montaña con mis amigos. A la hora de hacerlo, solemos encontramos varias veces para decidir qué ruta o qué cima queremos hacer. Después de varios tira y afloja, acabamos determinando qué montaña vamos a subir y nos ponemos manos a la obra.

Pasamos los días previos mirando el tiempo, leyendo en blogs a aquellos que nos han precedido y llamándonos para comentar la jugada. Sin duda todos estos detalles añaden un valor incalculable a la experiencia.

Pero el punto sobre el que me gustaría compartir es en cuanto al día en que subimos.

A pesar de que tenemos muy claro y definido dónde queremos terminar, nos suele pasar todo lo contrario a la hora de definir por dónde empezamos. Evidentemente un poco de claridad sí que tenemos, pero el punto de partida suele ser un lugar bastante indefinido. Sin embargo, ello no nos impide empezar. Por norma general nos enfocamos hacia dónde queremos ir no por dónde vamos a empezar. Una vez en ruta hay veces que vemos el camino claramente. En muchas otras ocasiones, nos toca preguntar y asumir que si bien sabemos dónde queremos ir, no tenemos muy claro cómo llegar ( afortunadamente no nos ocurre siempre). Algunas veces, nos obcecamos y persistimos por un sendero o pared para darnos cuenta de que tenemos que rectificar y volver al punto de partida. Cuando esto nos ocurre, lo que marca la diferencia, es precisamente la gestión que hacemos de ese error. De eso depende que la ruta sea un calvario o una aventura.

Me encanta contar historias, pero esta os la he querido contar porque me ayuda expresar varios aprendizajes que he incorporado recientemente y que han significado un punto de inflexión en mi vida. Mi deseo es que puedan ser de utilidad para otros como lo han sido para mí.

De la misma manera que en la montaña, en la vida, como dijo William Wordsworth “para empezar, empieza”, igual no sabes qué sendero es el mejor. Quizás no sabes si este es el mejor sitio para dejar la “furgo” o si este tipo de trabajo o idea es para lo que realmente estás hecho. Lo que está claro es que si no empiezas, seguro que no lo averiguarás, no? A veces, las cosas adquieren sentido a medida que las transitamos, igual que cuando avanzamos en un sendero vamos ganando claridad y perspectiva a medida que progresamos. También ocurre a veces que al avanzar nos acabamos topando con senderos desconocidos que nos acaban llevando a sitios inesperados y cambiando totalmente nuestros planes.

Con el tiempo veo como muchas veces el no saber claramente cómo empezar ha sido para mí una justificación para no hacer nada, para ni siquiera asumir la responsabilidad que conlleva empezar a andar (y algunas veces,  equivocarse) . En realidad, viéndolo en perspectiva,  igual no es que no supiera cómo empezar, ni que me faltara información, o recursos sino que tenía miedo a hacerlo o simplemente no acaba de créermelo . Lo que está claro es que si no empiezas, te quedas donde estás. Muchas veces nos  pasamos la vida esperando las condiciones perfectas, el apoyo de los demás, la garantía de no equivocarnos y un largo etc personalizado. Pero si dejamos que esa mentalidad domine nuestras acciones y no asumimos responsabilidad sobre las mismas, llegará un punto en el que miraremos atrás y nos daremos cuenta de todo el tiempo que ha pasado y de todo aquello que podríamos haber empezado y que nunca hicimos porque estábamos esperando.

– “No dejes que lo que no puedes hacer interfiera con lo que puedes hacer” – John Wooden

En la vida, como en la montaña, me gusta ir con una mirada despierta y curiosa, buscando los senderos y preguntando con humildad a aquellos que los han transitado antes que nosotros. No hay peor compañero en la ruta que aquel que no es capaz de asumir que nos hemos perdido.  Para mí ha sido tremendamente liberador aceptar con tranquilidad que me voy a equivocar, que hay otros a los que puedo preguntar, que eso traerá aprendizaje y crecimiento. Que tengo la capacidad de decidir cómo respondo ante el error haciendo del mismo una oportunidad de crecimiento, convirtiendo la incertidumbre en una aventura y evitar de esa manera que se convierta en un calvario.

Me despido con esto. Jimmy Cliff tiene una canción que me encanta. La letra dice así:

You can get it if you really want
You can get it if you really want
You can get it if you really want
But you must try, try and try
Try and try, you’ll succeed at last

Look here

Persecution you must bear
Win or lose you’ve got to get your share
Got your mind set on a dream
You can get it, though harder they seem now

You can get it if you really want
You can get it if you really want
You can get it if you really want
But you must try, try and try
Try and try, you’ll succeed at last
I know it, listen

Rome was not built in a day
Opposition will come your way
But the hotter the battle you see
It’s the sweeter the victory, now

You can get it if you really want
You can get it if you really want
You can get it if you…