¿Y tú te lo crees? – El poder de las creencias limitantes

Nuestro pasado y lo que hemos aprendido en él condiciona nuestra visión del presente en mucha más medida de lo que solemos pensar, tanto a nivel personal como a nivel organizacional. A lo largo de nuestra vida nuestro cerebro va acumulando un conjunto de creencias y aprendizajes. Con el tiempo estas creencias (mentalidades) acaban condicionando nuestra percepción de la realidad, la manera en que vivimos y la cultura de nuestras organizaciones.

La inercia del día a día y el ritmo trepidante que llevamos la mayoría, hace que, sin darnos cuenta, todas estas creencias y aprendizajes muchas veces guíen nuestra conducta de manera inconsciente. A veces (la mayoría) esto actúa en nuestro beneficio y nos permite liberar recursos y enfocar nuestra atención en otras cosas. En otras ocasiones lo que ocurre es totalmente diferente: nos dificultan la vida y nos limitan como personas. Por todo ello es importante buscar espacios para poder detenernos y analizar nuestras creencias tanto a nivel individual como a nivel de equipo y poder ver si éstas nos están favoreciendo o por el contrario nos están alejando de aquello que queremos ser.

Me gustaría compartir con vosotros las siguientes ideas que he estado leyendo últimamente y que pueden ser de ayuda para detectar esas creencias limitantes que nos impiden desarrollar nuestro potencial y dar lo mejor de nosotros.

Hay tantas creencias limitantes como personas hay en el mundo es por ello por lo que a veces resulta complejo identificarlas.

M. Hyat nos ofrece tres grandes familias que nos pueden ayudar para una primera aproximación. Son las siguientes:

  1. Creencias que tenemos sobre el mundo.

“No puedo empezar un nuevo negocio ahora mismo; el mercado está imposible” “La política nunca marca la diferencia; no importa si voto” “A los directivos no les importa la gente como yo; es imposible salir adelante”.

Estas pueden ser creencias muy arraigadas y quizás se basen en experiencias reales. Pero rara vez son toda la verdad, aunque parezcan exactas.

  1. Creencias sobre los demás.

“Es inútil preguntar; está demasiado ocupado para reunirse conmigo”, “Tiene menos experiencia que yo ¿qué podría enseñarme?”, “Todavía no ha respondido; debe estar enfadado conmigo”.

  1. Creencias sobre nosotros mismos.

“Soy una persona que abandona; nunca termino lo que empiezo”, “No puedo evitarlo; nunca he estado en forma físicamente”, “Nunca saldré de este agujero; siempre he sido terrible con el dinero”.

Dado que tendemos a experimentar lo que esperamos, creencias como éstas seguramente bloquearán cualquier progreso que queramos hacer.

Una vez las identificamos también resulta interesante reconocer qué mecanismos solemos seguir a la hora de construir estas creencias limitantes. Al identificar los mecanismos podemos evitarlos y reducir nuestra exposición a las mismas.

Jeremy Dean en su libro “Making habits, Breaking habits” identifica 3 de estos mecanismos:

  • El pensamiento binario, blanco y negro . Asumimos que somos unos fracasados si no alcanzamos la perfección.
  • La personalización.Nos culpamos a nosotros mismos (o a otros) por sucesos negativos aleatorios.
  • El catastrofismo. Estamos convencidos de lo peor incluso con pocas pruebas

Espero que os haya resultado útil, en breves intentaré escribir alguno sobre lo que he aprendido para darles la vuelta.